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ACÉPTATE




            ¿Dónde comienza el amor por uno mismo? ¿En qué momento surge la imperiosa necesidad de sentirse bien y ser feliz con lo que uno es?

            ¿Te has preguntado quién o qué eres, qué te hace sentir bien, qué te hace feliz, qué es lo que llena tu corazón de dicha, qué es lo que inflama tu pecho con el fuego abrazador de la pasión que desborda el Alma misma?

            Todos llegamos a un punto en la vida en que nos hemos de hacer preguntas similares, quizás más y más profundas, pero el hecho es que a todos nos llega el momento en que nos cuestionamos qué es lo que hemos de hacer, hacia donde encaminar nuestros pasos para lograr sentirnos bien y en paz con nosotros mismos.

            Hemos de llegar a un punto en el que reevaluamos y recapitulamos lo hecho y lo vivido, sopesamos y ponemos en una balanza las cosas que tenemos y las que hemos dejado pasar, evaluamos los años transcurridos y los daños recibidos,,, u ocasionados.

            Quizás hasta el día de hoy hemos andado la vida sin siquiera habernos cuestionado algo de lo anterior, jamás cruzó por nuestra cabeza la idea de que habríamos de hacer un análisis y recuento de lo vivido para hacer una pausa y saber en dónde estábamos parados y saber hacia dónde habríamos de dirigirnos después.

            Venimos viviendo, o más bien, la vida nos viene viviendo y hemos sido como títeres movidos por los hilos invisibles de la emotividad y el egoísmo, de la sensiblería o el chantaje, de la necesidad o el abuso, muy pocas veces de la decisión y la voluntad surgidas de la reflexión.

            Hasta el día de hoy quizás no te has dado el tiempo de ver en tu interior y observar, escudriñar, escarbar y definir de qué está compuesto el valor que te das a ti mismo. Qué es lo que te mantiene en pie, cuáles son las cosas que te hacen vibrar, qué es capaz de arrancarte una sonrisa, un suspiro, qué te inspira para dar lo más grande y mejor de ti mismo.

¿QUÉ ES LO QUE CONSTITUYE TU AUTOESTIMA?

             Los seres humanos crecemos expuestos a las opiniones, imposiciones, creencias, conductas, pensamientos y emociones de todos cuantos nos rodearon desde que nacimos hasta el momento de obtener consciencia de nosotros mismos.

            El gran problema es que en el trayecto pudieron haber hecho un magnífico trabajo ayudándonos a construir una autoestima sólida y bien cimentada, o dejado como lastres traumas, ideas, conceptos y creencias limitantes que ellos mismos heredaron de sus ascendientes.

            Afortunadamente para todos nosotros TENEMOS LA CAPACIDAD DE HACER UN “ALTO”, observar dentro de nosotros mismos y distinguir aquello que somos de aquello que nos han hecho creer que somos.

            Desde este momento TE PIDO, TE INVITO, TE EXHORTO  a que te niegues a seguir defendiendo, sosteniendo y manteniendo cualquier pensamientos, emoción, creencia o conducta que sea limitante, restrictiva, minimizante, atemorizante, angustiante, estresante y cualquier “ante” que puedas identificar que sea negativo para tu propio desarrollo y bienestar.

            Para transitar por esta vida de manera plena, radiante y luminosa hemos de liberarnos y dejar de lado todo cuanto de negativo podamos identificar en nosotros mismos. Es nuestro deber comenzar a sacar lo positivo, a limpiar el interior y drenar todo aquello que ha venido pesando y torturando nuestro ser haciéndonos sentir pesados, pequeños, culpables o no merecedores.

CADA UNO DE NOSOTROS ES MERECEDOR DE UN DIGNO Y MARAVILLOSO DESTINO DE ÉXITO Y FELICIDAD

            El primer paso para encaminarte a él es ACEPTARTE COMO ERES, no para lamentarte sino como punto de partida para emprender el trabajo de desarrollarte y superarte.

            Si sientes que las cosas no han salido bien hasta hoy o que no estás realizando aquello que te hace feliz, no te culpes ni te deprimas, acepta y reconoce que quizás no era tu momento, no tenías los conocimientos o ¡ni siquiera habías tomado consciencia de ello! y a partir de ahora comienza a construir sobre nuevas y mejores bases.

            Te dejo unas hermosas palabras del hermano de Asís:

            "Señor, concédeme la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, valor para cambiar aquellas que puedo, y sabiduría para reconocer la diferencia". San Francisco de Asís.

¿Te has aceptado a ti mismo? ¡Hasta mañana!

            Escrito por: Tonathiu Estrada
Lunes, 25 de marzo del 2013
Guanajuato Capital, México

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